viernes, 21 de noviembre de 2008

Buscando en el baúl de los recuerdos (I parte)

Venus de Bouguereau

Hace días que me duermo buscando tus manos en mis piernas. Desde que la distancia nos separó con aires de indiferencia, ya nada es lo mismo. Es verano y el calor me impide pensar con claridad. Aún así, tengo frío. El último día que nos vimos no sabías que iba a ser el último. Yo sí, y robé tu camiseta. Quise conservar tu olor e impaciente me la pongo pensando que tú vas a estar dentro de ella.

Ese día quedamos en la parada de metro. Nos dimos un par de besos, discretitos, no hay que dar de comer a los envidiosos. Te cogí de la mano y te llevé a mi casa.

En la habitación, los oasis eran rutina y el calor aplastante de tenerte cerca hacía que las paredes se fundieran. Mil veces tuve que volver a pegar esos pósters de adolescente, el celo no puede con todo. Las velas destellaban y con tu boca encendías la alarma que desesperada, buscaba alguien que la escuchara. Pero no había nadie, sólo tú.

Tú, un pirómano loco y yo, un papel de liar que rápido se consume con tu aliento.

No había tiempo. Nuestro reloj de arena se había partido al tirar mis pantalones y la libertad se palpaba en cada rincón.