martes, 1 de diciembre de 2009

CAP IV: Dando vueltas

Maldito best seller, te has convertido en un diario de penas y tristezas varias. Porque, tenlo muy claro: si tuviese mejores cosas que hacer no estaría aquí lamentándome en una libreta de un chino. Es un poco de "Soledad se llamaba y está sola" con "Angústias me decían y yo nunca supe qué contestar". Y bien, ya estoy completamente sola en este lugar remoto y totalmente sustituible. Mi madre me llamó esta mañana, ya le dije que no iba a volver y ella me dijo que quién se iba a comer todas las magdalenas que había hecho. Nunca se me dio bien contestar a estas gilipolleces, así que sin más preámbulos le colgué. No creo que vuelva a llamar. Mi retiro espiritual se está luciendo, es como si tuviera una regla permanente. Espiral del mal humor constante.
Cuando vuelva a Madrid, ya nada será igual, y al fin y al cabo, bienvenido sea, porque será mejor de lo que fue hasta ahora.
De momento, que vivo de lo que tengo ahorrado, haré lo que me apetezca, hasta que llegue el dinero. De hecho, voy a ir ahora mismo a comprar una lavadora, voy a poner toda mi ropa a lavar y me voy a sentar desnuda a ver cómo da vueltas. Es mucho más sano que las drogas y se pueden comer palomitas a la vez. Es posible que luego me disfrace de mujer fatal y salga a dejarme desear un rato. Mirar como gira la ropa me despierta estos instintos. Te haré saber, libreta de mierda.