miércoles, 11 de marzo de 2009

Humillaciones, vol. I


Mi primera humillación la recibí a una edad temprana. Antes de todo, hay que recordar que llegué a España en 1994, concretamente a Menorca, y que fui al colegio La Salle Mahón hasta 4º de la E.S.O.
Recuerdo perfectamente ese día, mi "segundito día de clase", teniendo en cuenta que no tenía ni idea de español, a nuestro profesor Pepe le apetecía que leyeramos la agenda escolar. Aclaración: el colegio nos daba (creo que lo sigue haciendo) agendas hechas por ellos y con oraciones básicas (el padre nuestro, el ave maría, el jesusito de mi vida...) y una biografía básica, resaltando todo lo bueno del señor La Salle. Qué gran tío francés, es lo único que recuerdo. El caso, que nos pusimos a leer la biografía del formidable La Salle, y yo no sabía leer. Sí, con 5 años no sabía leer, pero no nada de nada, sólo sabía leer mayúsculas. Mi madre sólo me enseñó a leer mayúsculas, y se le olvidó que también existían las minúsculas. Y yo no sabía qué eran. El profesor me mandó leer, y yo, habiendo visto que mis compañeros antes habían leído pues deduje que me estaba diciendo lo mismo. Así que, miré la hoja, y leí sólo el título... Lo demás no sabía qué era. El profesor me hacía gestos, bastante rápidos y con cara indignante, que parecían decir "pero lee, niña, ¡hostias!". Pero nada oye, yo seguía diciendo "Non so...non so...". Milagrosamente no lloré. Digo milagrosamente porque ahora sí que habría llorado. El profesor puso cara de indignación como diciendo "estos malditos extranjeros que no entienden una mierda" y yo me sentí mal, muy mal, fracasadamente mal. Y lo primero que contesté cuando mi madre arrancó su formidable ford Fiesta fue "¿por qué no me enseñaste a leer minúsculas? ¡Sólo sé leer mayúsculas!". Mi madre me dió explicaciones que yo no acepté. Pero, en dos días, ya sabía leer minúsculas. ¿Por qué? Porque no me gusta ser menos que nadie.
Desde entonces no han dejado de intentar humillarme, y muchas veces lo han conseguido.
Sin ir más lejos, hoy me han humillado. Pero no sólo a mi, también al resto de mis compañeros. Mi profesor de Historia de la Comunicación Social (cuyo nombre no voy a facilitar a no ser ue haya una petición popular muy fuerte), se dedica a mandarnos ejercicios, concretamente, hacer 20 preguntas tipo test con sus correspondientes respuestas y marcando con una X la correcta. ¡Estos métodos canadienses!...que por lo visto siguen una rigurosa metodología. Pues bien, ha empleado 3 horas de las 4 que le corresponden a la semana, para leer uno a uno los fallos de la gente, ridiculizándolos, y dejándonos a la altura de una miserable rata. Sí, sólo le falta decir: "sois tontos, pero del culo, porque no aprendéis con mi método canadiense". Alomejor, el método canadense no funciona. Pero eso no entra en sus cavilaciones meticulosas.
Sin más, adjunto la perla que me ha dejado escrita en mis ejercicios, con su rotulador rojo:
" Tienes que fijarte para no sacar las ideas de contexto y trabajar más las preguntas y respuestas. La historia no es matemática (2+2=4) es algo más lento, es evolución, desarrollo, etc.
¿Comprendes?
Si tienes dudas consúltame"
Y digo yo, ¿es posible desarrollar pensamientos históricos, filosóficos, y teóricos, elaborando preguntas tipo test? ¿Cómo se sintetiza una reflexión en una sola frase?
Igual tu método falla, profesor repelente, igual tu método no está tan bien...
Madre mía, dejo de escribir, que me está llegando el olor a fracaso de sus pantalones. ¡Qué asco!
El método canadiense del profesor, huele a:
a) rosas.
b) caquita recién hechita de bebé bien alimentado.
c) colonia Nenuco.
(Creo que ya se entiende dónde va la X)

Foto: Arale jugando con una caquita

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo habría nombrado el momento épico en el que me ha hecho leer su contrato con la UCM. No cabía en mi asombro en el momento "vamos, lea usted en voz alta lo que gano, adelante."
o_O

Anónimo dijo...

Eso sí, yo doy por hecho de que cada poco tiempo introducirá el nombre de su asignatura en Google. Reza porque tu blog pase desapercibido.

Saryn dijo...

Estaría encantada de que lo leyese, de verdad, nada me haría más feliz.
¿Y sabes qué? Me prepararía perfectamente el examen de Junio (al que me mandaría, por supuesto) y me lo prepararía tan bien, que sacaría un 10 en toda su fuckin face y le diría... ¿y ahora qué, eh? Es lo que tiene corregir, sumas y sumas, como las matemáticas, ¿sabes?
:)

Anónimo dijo...

Sarita! No conocía este blog tuyo... sólo he leído esta historia pero me ha gustado, sencilla, personal y directa... una maravilla.
Lo de los profesores pedantes es un caso triste, siempre tiene que haber alguno... Como dices tú, no creo que pensamientos históricos, filosóficos, puedan ser resumidos en nada de tipo test. Pretender saber hacer un desarrollo con esos ejercicios es como pretender meter un elefante en un coche, ¿no?
En primero de carrera, en el primer cuatrimestre, el primer día de clase de ética, el profesor pedante de turno se dio a conocer con la siguiente frase: "No matéis, no robéis... (y aquí puso un gran énfasis) ¡¡NO FORNIQUÉIS!!" Ya no sé ubicar el contexto en el que lo dijo, pero era todo absurdo, no venía a cuento ni en contexto. Bueno, ya te puedes imaginar el personaje raro que era. Pues a lo largo de sus clases se dedicaba a dejarnos claro que él estaba creando una nueva rama filosófica y teníamos qu sentirnos orgullosos de tener un profesor como él. Según sus palabras el último día de clase: "Un profesor como yo, un padre como yo, ¡¡UN MARIDO COMO YO!!" Él, que como buen cristiano cree que si te casas es para siempre, aunque tu marido te pegue 20 veces al día. Bueno, que me lío. Que por el estilo, se dedicó a dejarnos claro que si llegábamos a profes de colegio debíamos dar gracias porque éramos unos ignorantes, que ni sabían escribir. Que a partir de ahora si queríamos algo sólo podíamos estar leyendo libros de filosofía. El señor profesor nunca ha entendido que la filosofía no sale de los libros sino de la vida, los libros son sólo una preparación, de la que tomar las cosas con espírtu crítico y que todo lo demás hay que experimentarlo. Este profe hizo llorar a más de uno cuando nos pidió que le entreásemos una carta a la muerte. Sí, empezando con "querida muerte...". Un obseso de la muerte. Él tiene un libro lleno de cartas a dicha señorita.
Lo bueno es que a la hora de puntuar finalmente era justo. Es un profe capullo de boquilla... va a joder, pero dentro de un margen. Va a joder porque las preguntas del exámen son siempre los temas que da el día después del fin de año universitario, que van a dos personas a clase, y otros días similares.
Vaya rollazo te he soltado........ ejem.
Que nada xD Que me ha gustado tu texto, voy a ver si leo algo más y a jugar un ratillo, jiji.
Besos guapa!!

Saryn dijo...

Surgiii :D :D :D Me encantan tanto tus maxi comentarios :D Gracias, si, los profesores pedantes y desganados son lo peor que le puede pasar a cualquiera. Voto que cualquiera que haya leído esto, se anime a criticar a su profesor más pedante, ¡podríamos hacer un concurso!
Aiii, mi filósofa, me encanta, si pudiese yo tmbién estudiaria filosofía, pero tengo mil dilemas, quiero mil carreras!jajaja